lunes, 18 de enero de 2010

Bottega Verde Crema para el cuerpo de Ámbar


Bottega Verde

Bottega Verde es una marca de cosmética y belleza italiana. Se anuncian como una marca de cosmética natural, y no experimentan con animales. Sólo se vende en sus propias tiendas, aunque también es posible realizar un pedido mediante Internet. Son absolutamente fiables y los pedidos tardan unas dos semanas en llegar.

Entre su oferta de productos hay mucha variedad: cremas faciales para todo tipo de pieles, hidratantes corporales, anticelulíticos, reafirmantes, maquillaje, productos de baño y ducha, perfumes, etc. Hace casi tres años que compro en su tienda, y me he llevado más alegrías que disgustos, por lo que para mí es una marca de total confianza.

En cuanto a sus precios, en general son asequibles, pero todo depende del producto en cuestión y de los gustos de cada una. Por ejemplo, las cremas faciales rondan los 20€, que me parece un precio normal para este tipo de producto. Sin embargo, los geles y cremas de aromas exquisitos suben más que cualquier crema o gel normalito de supermercado; éstos sí que me parecen un poco caros. De todas formas, la gracia de Bottega es que nos ofrece la posibilidad de aplicar descuentos en cada compra (muy a lo Yves Rocher), de manera que al final todo sale bastante bien de precio.

Os dejo su web por si os interesa: www.bottegaverde.es


Presentación

La presentación de la crema es la misma que podéis ver en la foto. Un tubo de plástico con soporte sobre su base, en tonos naranja, amarillo y beige. Me parece un diseño bonito y cómodo, aunque tampoco es nada del otro mundo. El tubo a simple vista es igual al de la crema de chocolate, también de Bottega, pero tengo ambas y el tubo de la de ámbar es mucho más blandito. No sé por qué ahora se habrán puesto a cambiar de materiales, aunque tampoco es un inconveniente.

Lleva una cantidad de 200 ml, que para una crema corporal me parecen pocos, pero como no la uso a diario sé que me va a durar bastante. Su precio sin oferta es de 9,99€, que para una crema hidratante me parece mucho, por muy exquisito que sea su aroma.


Características
La crema tiene una textura ligera para tratarse de una crema, se extiende fácilmente y no tarda mucho en absorberse. Es de color blanco.

Huele muy bien: huele a vainilla, vainilla de verdad, con otros matices que mi olfato es incapaz de reconocer.

En la composición de la crema destaca la manteca de karité, con grandes propiedades hidratantes y nutritivas. Cada vez lo encuentro en más cosméticos.


Mi experiencia
Antes de seguir quiero decir que, a pesar de que antes he dicho que mi piel tiene tendencia a ser seca, la hidrato con mucha frecuencia y la tengo bien. Siempre hay zonas que si se descuidan se resecan fácilmente (codos, rodillas…), pero por lo general se me ve bien y no tengo muchos problemas para encontrar una crema que me sirva. Así pues, os cuento mi experiencia desde esta perspectiva. Para una persona con la piel más estropeada y reseca no sé qué tal será.

En mi caso, la crema es estupenda: hidrata y deja la piel extremadamente suave. Este aspecto me sorprendió para bien: a veces las cremas con aromas poco habituales sólo destacan por su olor y se quedan cortas en hidratación (es bastante frecuente con las cremas que acompañan un perfume, por ejemplo), y en cambio esta hidrata mucho.

Respecto al aroma, que es por lo que la crema me atrajo, antes os he dicho que es exquisito y que básicamente huele a vainilla con algo más que mi olfato no sabe distinguir. El primer día que me la apliqué pensaba ponerme el perfume L de Lolita Lempicka, del que os hablé hace unas semanas y comenté que también huele a vainilla. El aroma de este perfume es bastante intenso, y me daba miedo que al ser la crema también de vainilla un aroma tapara a otro o en conjunto se notara demasiado la vainilla, hasta el punto de resultar agobiante. Sin embargo, no fue así: la crema deja su aroma en la piel, pero sólo se nota cuando acercamos la nariz a la parte del cuerpo en cuestión, el aroma en la piel no es tan fuerte como para que el perfume que nos pongamos se perciba de manera distinta. Es un aroma bastante duradero, después de ponerme la crema para salir una noche, al día siguiente las sábanas estaban impregnadas de su olor.

Por supuesto que el aroma que sentimos en el tubo es el mismo que queda en la piel. Tal vez en la piel se suaviza un poco, pero es el mismo.

Finalmente, no hace falta que diga que la crema no me ha provocado ninguna reacción adversa. Ni granitos, ni irritación, ni nada. Hasta ahora no he tenido problemas de este tipo con ningún producto de Bottega Verde, así que estoy comprobando que realmente tienen una composición cuidada y no agresiva, incluso para personas como yo que, aunque no tengo la piel sensible, sí que hay cremas y leches corporales con las que me han salido granitos.


Conclusión

Estoy muy contenta con la crema de ámbar. Me encanta su aroma, y aunque me gusta ir probando productos nuevos, con esta no me importaría repetir porque ese delicioso olor de fragancia ambarina con vainilla y algún toque más me ha conquistado. Además, después de usarla me ha demostrado que tiene otros puntos positivos: hidrata la piel perfectamente y la deja muy suave, incluso en las zonas más resecas. En esto último, si os soy sincera, no me esperaba que fuera tan buena, así que me he llevado una grata sorpresa.

¿La recomiendo? Por supuesto. ¿Merece la pena pagar 9,99€ ó 7,99€ por esta crema? Si es como un capricho y estás segura que su aroma te puede gustar, sí. Pero de todas formas sigo pensando que diez euros por un tubo de 200 ml es demasiado. Os la recomiendo, darse un capricho de vez en cuando está muy bien, y seguro que si el capricho tiene un aroma tan dulce y exquisito como el de esta crema, os gustará.

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