domingo, 13 de junio de 2010

Rilanja Máscara Facial a las Vitaminas y Miel.


Rilanja, la marca blanca de Schlecker

Schlecker es una cadena alemana de droguerías que hace unos años se extendió bastante por nuestro país (al menos por la zona en que vivo hay Schlecker en varios pueblos). Me gustan bastante estas tiendas, los precios no están nada mal y las tiendas son amplias, se puede pasear por ellas fácilmente. Además de productos de droguería y cosmética, también tienen alimentos envasados y comida para animales. Destaco también su catálogo de perfumes: hace unos años compré uno que no encontraba en ninguna perfumería y me salió bastante bien de precio. Eso sí, tendréis que pedir el catálogo expresamente, porque aunque en la tienda siempre tienen algunos disponibles, si quieres alguno que no está te lo pueden traer. Se puede decir que tiene tres marcas blancas de cosmética: As, de la que he usado el protector labial en numerosas ocasiones; Basic, la marca blanca de maquillaje; y finalmente Rilanja, la marca blanca de cosmética principal. Mi primer contacto con ella no fue nada positivo: fue a través de un gel limpiador facial que probé hace años, que me dejaba la piel tirante y no notaba una gran sensación de limpieza. Por culpa de esa mala experiencia tardé un poco en animarme a probar sus mascarillas, de las que leía maravillas por aquí. Pensaba que Rilanja sería una marca del montón en todos sus productos, pero me equivocaba.

Características y aplicación

La mascarilla es de color beige clarito y tiene una textura muy fresca y fácil de aplicar, se extiende sin problemas. Como ya he dicho, no es necesario gastar cada mitad en un solo uso: con poca cantidad observaremos efectos y así podremos usar la mascarilla más veces.

El único punto que no me gusta de la mascarilla se encuentra aquí: tiene un aroma a miel muy intenso, que personalmente detesto (aunque esto va a gustos, habrá gente a la que le encantará). Cuando la compré ya sabía que tenía miel, pero pensaba que sería un componente más y que su aroma no resultaría tan fuerte. Me llevé una sorpresa desagradable al abrir el sobre, y el rato que pasé con la mascarilla en el rostro no pude relajarme como con otras mascarillas (pensaba en las infusiones de miel y limón que tomo cuando estoy resfriada). Aun así, después de observar los efectos que tiene, creo que merece la pena usarla.

En la composición de la mascarilla destaca, por supuesto, el extracto de miel, que tiene propiedades hidratantes y antioxidantes. También lleva las vitaminas A, E y B5. La vitamina A regenera la piel, la E tiene propiedades antioxidantes y la B5 regenera la piel, entre otras funciones.

El uso de la mascarilla es muy sencillo: sobre la piel limpia, se aplica por todo el rostro a excepción del contorno de ojos y labios. Se deja reposar durante 10-15 minutos y a continuación se aclara con agua tibia (aunque creo que yo la aclaré con agua fría y aun así salió sin problemas y mi piel quedó bien). No es una mascarilla Peel-off, así que si sólo os gustan este tipo de mascarillas mejor que busquéis otra cosa. Yo reconozco que no las he probado, así que no puedo decir qué me parecen, pero con las que se aclaran no tengo ninguna queja.

Efectos

La mascarilla se vende como “mascarilla regenerante”, y a pesar de lo clarito que lo pone en el envase, cuando la cogí estaba convencida de que era una mascarilla nutritiva, el que llevara miel me hacía pensarlo. Cuando descubrí mi error me llevé un pequeño chasco, porque la palabra “regenerante” tal vez se asocia más a pieles maduras y productos anti-edad, pero el sobre nos dice que la mascarilla es adecuada para todo tipo de pieles, así que no había problema con ello. A pesar de que en aquel momento me apetecía una mascarilla nutritiva, me la apliqué y no me arrepiento de haberlo hecho.

Para empezar, debo decir que mientras se usa no pica ni enrojece la piel. A decir verdad, hasta ahora sólo he tenido problemas de este tipo con la mascarilla relajante de Rilanja, pero me ocurrió en el segundo uso de la mascarilla, es decir, cuando ya llevaba un tiempo abierta, y creo que las molestias se debieron a ello, pues la primera vez me fue fenomenal.

Una vez aclarada la mascarilla, empecé a analizarme el rostro y quedé maravillada con lo que vi: la mascarilla deja la piel estupenda, más luminosa y radiante. Me la apliqué un día por la tarde-noche, que no es un momento en el que normalmente se me vea buena cara, y la mascarilla mejoró notablemente mi aspecto.

Tal y como ya sabéis por mis otras opiniones, tengo la piel mixta y puntos negros en la frente y la nariz. A pesar de que la mascarilla está recomendada para todo tipo de pieles y no tiene funciones específicas de control de brillos, también es estupenda para ellos: controla los brillos y los puntos negros quedan mucho más limpios. En la frente no se me notaban, y en la nariz estaban mucho más limpios, fue una gozada verme la piel tan bien. Es evidente que la mascarilla, además de aportarle componentes beneficiosos, limpia la piel en profundidad y la deja realmente bien.

En este punto tengo que decir una cosa: antes de aplicar cualquier mascarilla la piel debe estar limpia, pero en lugar del gel limpiador habitual yo prefiero exfoliarla, para potenciar aún más los efectos de la mascarilla. Los días que usé la mascarilla a la miel no fueron una excepción, y por eso es posible que sus efectos para limpiar y reducir puntos negros se hayan visto potenciados por la combinación exfoliante + mascarilla. Pero la mascarilla hace algo seguro, porque cuando utilizo solamente el exfoliante ni de broma me quedan tan limpios los poros.

En cuanto al efecto regenerante, que a pesar de mi despiste sigue siendo la función principal de esta mascarilla, sólo puedo decir que realmente existe y se nota. La primera vez que usé la mascarilla coincidió con un momento en que tenía la cara llena de costras de granitos, y después de aplicarme la mascarilla eran un poco más pequeñas (aunque tampoco esperéis milagros con esto, que con una sola aplicación no desaparecerán ni las costras ni las marcas). Con esto el efecto fue muy evidente, pero con la luminosidad que ya he apuntado antes también se demuestra que regenera la piel de verdad.

No me quiero olvidar de este punto, porque aunque no sea un efecto propiamente dicho es tan importante o más que estos: la duración. ¿De qué sirve que una mascarilla te deje la piel bonita si al cabo de una hora vuelves a estar como una bombilla? Tampoco pretendo que los efectos duren una semana, pero creo que se entiende lo que quiero decir. Y debo decir que los efectos son duraderos. Al día siguiente me levanté con la cara exactamente igual que la tarde anterior: radiante, sin brillos, con los puntos negros de la frente que no se notaban y los de la nariz muy reducidos. Lógicamente, cuando ya ha pasado más de un día los efectos cada vez se van notando menos, pero aun así no es de esas mascarillas que pasan diez minutos y parece que no te has puesto nada. En definitiva, la recomiendo al 100%.

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