jueves, 26 de mayo de 2011

Lush Spa Acondicionador

Lush Acondicionador Spa

El acondicionador Spa es de color blanco y tiene una textura bastante densa, recuerda más a un suavizante de los de toda la vida que a un acondicionador gelatinoso. En el envase no huele demasiado bien, aunque al no tener un aroma fuerte se soporta sin problemas. Como es habitual en Lush, se presenta en un tarro minimalista de color negro, nada llamativo, y contiene 235 gramos de champú que en mi pelo no cunden demasiado porque lo llevo muy largo. El precio alcanza los 13,70 €. Sí, sin duda demasiado caro para la cantidad que trae, incluso supera a los de Klorane; aun así, si buscamos productos que no lleven siliconas, me da que todos van a tener este problema.

Entre los ingredientes, llaman la atención las infusiones de agar y violeta, la leche de soja, el melón fresco, el yogur natural y los aceites de oliva, aguacate, jojoba y neroli, además de algunos parabenes y absolutos de flores. Algunos de ellos, como los aceites de oliva y de jojoba, son de sobra conocidos por sus beneficios hidratantes para el pelo; otros, en cambio, no son tan frecuentes en este tipo de productos, como el yogur, que le aporta vitaminas. El acondicionador está recomendado para cabellos dañados y promete suavizarlo, nutrirlo y fortificarlo (en palabras de Lush: «alimentar a los cabellos hambrientos con una buena dosis acondicionadora»), incluso lo recomiendan como sustituto de la mascarilla si no tenemos tiempo para aplicárnosla.

Resultados

Antes de nada, quiero recordaros que tengo el pelo largo, muy seco y fino, con tendencia a verse opaco y sin vida. Cuando busco un champú o cualquier producto capilar, me interesa que aporten hidratación y, a ser posible, le den un poco de volumen y brillo. Comprendo que tengo un cabello difícil de cuidar, por lo que a veces puedo parecer bastante exigente con los acondicionadores y demás. Quiero que este punto quede claro porque, aunque a mí Spa se me pueda quedar corto en algunos aspectos, tal vez a alguien con un pelo menos problemático le vaya estupendamente.

Dicho esto, os cuento mi experiencia con él. He de decir que mi miedo principal era que no le diera nada de volumen y, por ello, se me viera aplastado por la cabeza (el efecto «lamido de vaca» que dicen). Yo ya lo tengo bastante chafado de por sí, de modo que no quiero que encima pierda el poco volumen que tiene. En este aspecto, me ha sorprendido para bien: no noto que aporte volumen en la zona de la cabeza, pero tampoco lo quita. Es más, en lo que es la melena, le da bastante cuerpo, se ve bonito.

Por otro lado, aprecio que Spa hidrata en profundidad: el cabello está suave; no con el efecto extremadamente suave de las siliconas del bálsamo de mango de Klorane (que hasta ahora es el que mejor me ha ido), pero bastante bien de todos modos. Con lo seco que lo tengo, estoy más que satisfecha, me cuesta mucho encontrar productos que no se queden cortos en nutrición, y este ha cumplido. Da la sensación de que mi pelo se bebe el acondicionador, se empapa de sus beneficios sin llegar a engrasarlo lo más mínimo, ni siquiera en las raíces.

En lo que se refiere a desenredar, ayuda un poco y con el cabello mojado ya se ve que el acondicionador ha actuado, pero no es el mejor que he probado en este punto. Jungla, un acondicionador sólido de Lush, me iba mejor, aunque el formato no me convenció.

Otro aspecto que merece una mención es su aroma: en el bote la fragancia no me decía nada y, sin embargo, después de usarlo el pelo huele genial (diría que a algo afrutado, pero no me hagáis mucho caso que para identificar notas olfativas soy un poco desastre). Lamentablemente, el aroma dura poco y al día siguiente apenas se nota.

A decir verdad, el único punto reseñable donde no cumple del todo es la luminosidad: el pelo se ve sano, nutrido y con cuerpo, pero quizá le falta un poco de brillo. No voy a condenar el acondicionador por este motivo porque en sus indicaciones en ningún momento hace referencia al tema; no obstante, lo señalo de cara a futuras mejoras en el producto. En mi opinión, si le ponen el nombre de Spa y se vende como el tratamiento capilar más potente de la firma, debería ser eficaz también en el brillo.

En relación con lo anterior, he pensado que podría usarlo junto al champú Sublime. Este sí que da brillo, mucho —gracias a la sal marina, que exfolia y deja una melena radiante—, por lo que combinarlo con un acondicionador que aporte más hidratación estaría genial. Hasta ahora son los dos únicos productos capilares de Lush que me planteo comprar (los otros que he probado, Jungla y Reanimator, no estaban mal, pero no eran los más adecuados para mis necesidades), así que no sería de extrañar que en el futuro este tándem sustituyera al champú y al bálsamo de mango de Klorane que uso habitualmente.

En general, estoy muy satisfecha con el acondicionador. No me parece milagroso y creo que Lush tiene productos mejores; aun así, al valorarlo debemos tener muy en cuenta el tema de las siliconas: un cabello acostumbrado a productos que las llevan tarda más en adaptarse a otro que no contiene, por lo que posiblemente mi experiencia con Spa vaya a mejor si lo uso de forma frecuente. En estas dos aplicaciones de la muestra, la impresión ha sido de lo más positiva, y no le ha restado volumen, que era mi gran temor. De todos modos, nunca hay que olvidar que cada pelo es un mundo, así que antes de recomendarlo encarecidamente os aconsejo que os paséis por otras opiniones para contrastar experiencias y tener una perspectiva más amplia a la hora de tomar una decisión.

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