Estamos hablando de unos polvos compactos (los normales y corrientes, vaya), así que se presentan en una polvera que para mi gusto es bastante mona: de plástico gris, con la tapa transparente para dejar los polvos a la vista. La polvera se abre por arriba y por abajo: en la parte superior están los polvos, y en la inferior una esponja para aplicarlos y un espejo de tamaño más que decente. Me parece un formato muy práctico, lo tiene todo y bien apañado. Por cierto, me gusta que la polvera quede bien cerrada; la que tuve antes (una de Maybelline) era una simple tapa que se caía si le dabas la vuelta. A modo de curiosidad, en los polvos se dibuja una pieza de puzle.
Contienen 9 gramos, que me van a durar muchísimo porque ya llevo meses con ellos y todavía queda bastante cantidad. No recuerdo su precio exacto, pero supongo que rondaba 10-12 euros, la cantidad que solían costar los productos de L’Oréal en aquella época. Estamos en lo mismo de siempre: los polvos no son caros al lado de Dior, Lancôme y compañía, pero sí con respecto a E.L.F., NYX y demás firmas low cost. A pesar de que estoy bastante contenta con ellos, si ahora tuviera que comprar unos polvos seguramente buscaría en una de las citadas marcas.Tonos
Aquí tengo que hacer un inciso: como ya he dicho, tengo los polvos desde hace mucho tiempo y acabo de comprobar que han cambiado los tonos (por lo menos sus nombres). El mío es el D3 Beige Doré, que aunque por su nombre parezca un tono medio en realidad es muy clarito. Yo soy blanquísima de piel y me queda bien, vaya.
- N7 Ambre.
- D7 Cannelle.
- R3 Beige Rose
Modo de aplicación
Lo bueno de estos polvos, entre otras cosas, es que son un todo en uno: se pueden usar como base y como polvos. Y no, no se puede decir lo mismo de todos los polvos del mercado: hay algunos que, aunque en apariencia sean del color de tu piel, en la práctica apenas cubren y su función consiste en matificar y fijar el maquillaje, nada más. Cuando adquirí estos polvos no me gustaba usar base líquida a diario porque prefería un acabado más natural y una cobertura ligera, de modo que estos polvos fueron la opción perfecta para mí, ya que podían servirme para cubrir imperfecciones y al mismo tiempo controlar los dichosos brillos.
En segundo lugar, está el método para aplicar los polvos encima de una base líquida o en mousse. En este caso necesitamos una brocha de las grandes (las de Deliplus y E.L.F. no están nada mal y son baratas): cogemos polvo y la pasamos por el rostro, empezando por la zona T (frente, nariz y barbilla) y a partir de ahí extendiéndolos hacia los lados. La brocha coge menos cantidad de polvo que la esponja y la aplica de una forma más ligera, de ahí que en este caso los polvos no proporcionen el mismo acabado que una base normal y corriente. Recordad que si os excedéis con la cantidad basta con pasar un trozo de papel higiénico por la zona para suavizarlo.
Resultados
Como base
Para empezar, el tono se adapta perfectamente a mi tono de piel. Antes no lo he dicho, pero en la época en que los compré me costaba bastante encontrar una base de mi tono de piel. Soy muy blanca, y fuera de Maybelline no encontraba tonalidades adecuadas para mí (de hecho, primero quería comprar otros polvos de L’Oréal pero su variedad más pálida parecía un moreno zumbón a mi lado). Ahora ya no tengo tantos problemas porque casi siempre me va bien el tono más claro de cualquier marca low cost, pero valoro mucho que en aquellos momentos L’Oréal pensara también en las pieles más blanquitas.
Con respecto a la cobertura, he notado que cubre la mayoría de imperfecciones pero aquellas marcas más oscuras sólo las tapa a medias. Es decir, en general el resultado es bueno, deja la piel más fina y bonita, pero no consigue el efecto piel de porcelana que quizá es más fácil de obtener con una base líquida. Debido a esto suelo usar esta base para cada día, nunca para la noche y otras ocasiones especiales. De todas formas, también tengo que decir que yo soy una persona con bastantes marcas en la piel, así que tal vez a una persona que tenga menos con estos polvos tiene más que suficiente para conseguir una piel impecable. Todo depende de las necesidades de cada una.
Como polvos
Básicamente, lo mismo que en el apartado anterior pero con un leve matiz: al usar estos polvos como polvos, damos por hecho que nuestras imperfecciones ya quedaron cubiertas con otra base y, por lo tanto, ahora ya no importa que los polvos no cubran las peores marcas. Añade algo de cobertura a la base, pero de forma ligera y fácilmente regulable con la ayuda del papel higiénico. Cuando les doy este uso suelo aplicarlos únicamente en la zona T e insisto bastante en la zona de la nariz para cubrir los puntos negros; en mi opinión no vale la pena añadir más cobertura a las zonas que no tienen tendencia grasa porque ya quedaron bien con la base.
Por supuesto, los polvos no me han provocado ninguna reacción alérgica ni nada parecido. Tampoco me han resecado la piel, aunque ya digo que como la tengo mixta/grasa es difícil que eso ocurra. Más allá del hecho de que como base pueden quedarse un poco cortos, no tengo ninguna queja sobre estos polvos y me parecen un buen producto.
4 comentarios:
Tienen buena pinta, pero tengo q confesar q tengo cierta manía esta marca. Al margen de esto, me encantan los polvos compactos, tengo varias polveras, y siempre me tienta alguna nueva. Recientemente he comprado una de Clinique q es una pasada. Tiene un tacto increible. Tengo q hacer un post sobre polvos compactos. A ver cuando me animo. Besos! Ciao!
Un lieu avec Allure.
He usado varios maquillajes de L'Oreal pero polvos no, ni compactos ni sueltos. Para maquillarme sólo con polvos, prefiero los sueltos minerales.
Un beso
Genial el post, super explicativo. L'oreal y Maybelline son mis marcas preferidas, asiq eu cualquier cosa que venga de ellas, debe ser buenisima.
besos
Lo de N, D y R corresponde a Neutro, Dorado y Rosado, son los códigos del subtono del maquillaje ;-)
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