miércoles, 21 de julio de 2010

Bottega Verde Gel de Ducha a la Naranja Dulce

Este gel de ducha fue una de las novedades de Bottega Verde en las pasadas Navidades, junto con varias líneas de aromas dulzones. Aun así, me consta que todavía sigue disponible en las tiendas y se ha convertido en un producto fijo, así que lo podéis adquirir en cualquier momento del año sin problemas.

A diferencia de las novedades de verano (a las que no estoy prestando atención porque aborrezco los aromas exóticos y no me gusta tomar el sol), las de invierno me suelen interesar porque me encantan los aromas dulzones, muy propios de esa época del año. Además, la Navidad es una buena época para darnos caprichos, yo al menos me siento menos culpable que durante el resto del año ja, ja, y de hecho no es la primera vez que caigo con una línea navideña de Bottega (por ahí tenéis mi opinión de la crema de ámbar del año anterior). Cuando vi la nueva línea a la naranja dulce dudé entre comprar la crema hidratante o el gel de ducha, pero finalmente me decanté por este último porque el aroma siempre es más intenso en las lociones corporales y, aunque me gustan los olores de este tipo, me daba miedo que pudiera resultarme molesto.

Gel a la naranja dulce. Presentación

El envase del gel es bastante sencillo, como es habitual en Bottega Verde: tamaño pequeño, plástico transparente, forma aplanada y tapón de click de color naranja. No es nada llamativo, pero al menos es cómodo de usar. El gel que contiene también es de color naranja, aunque más claro que el del envase.
Contiene 300 ml, una cantidad bastante escasa para el uso que se le da a un gel de ducha, y su precio sin oferta es de 6,99 euros. Me parece caro para la cantidad que trae, pero ya lo dicho, este gel es más un capricho que un producto de uso familiar y/o diario. Además, en Bottega Verde siempre hay descuentos, así que si os interesa seguro que lo podréis conseguir un poquito más barato.

Un aroma exquisito

Siempre me ha parecido muy difícil describir un olor, pero dado que este es el mayor atractivo del gel tengo que intentar hacerlo. En la página de Bottega nos explican que las notas de salida de la fragancia son de naranja, pomelo y mandarina verde, seguidas de una nota de corazón floral de jazmín y finalmente un fondo a base de ámbar y musgo. Este es uno de los aspectos que más gracia me hace de esta marca: incluso para un simple gel de ducha tienen notas, como si se trata de un perfume. Debo decir también que el gel contiene un extracto de naranjas biológicas. Probablemente en un porcentaje ínfimo, pero aun así es un aspecto a destacar.

Yo definiría esta fragancia como una mezcla del aroma cítrico de las naranjas y la dulzura del ámbar, con predominio de lo primero. Este gel me llamó la atención porque siempre me han gustado los aromas cítricos (y en cuestión de geles de ducha, más todavía), y desde hace unos años también me he aficionado a los olores dulzones, característicos de la Navidad y el invierno en general. Me parecía que las promesas de Bottega Verde sonaban bien y podían resultar en una mezcla muy interesante y agradable para el olfato, como así ha sido. Por eso mismo me parece un producto muy recomendable si os gustan los dos tipos de fragancias, cítricas y dulces.

Si analizo ambas fragancias por separado, puedo decir que el aroma de este gel no es el habitual en los olores cítricos ‘normales’, pues aquí se aprecia claramente esa dulzura que le aportan las otras notas y no es un aroma tan fresco como cabría esperar de una fragancia cítrica. Sospecho que el pomelo de las notas de salida también le aporta dulzura y este aroma tan característico, no todo se debe a las naranjas y el ámbar. Recuerdo que en las primeras opiniones que se escribían sobre Bottega todas comentábamos que sus olores son increíbles, y el de este gel no es para menos: es un aroma muy logrado, distinto a los olores cítricos habituales.

El aroma de las naranjas dulces se ha convertido en un auténtico placer para mí. Resulta sumamente agradable y embriagador, es una delicia ducharse con él y dejar que el baño quede lleno de su dulce fragancia. No me provoca ganas de bebérmelo como me pasaba con el gel de chocolate de Instituto Español porque aquí se aprecia claramente que el aroma tiene algo que lo hace diferente al olor de un zumo de naranja recién exprimido, pero estas ‘alteraciones’ hacen que sea delicioso, una maravilla para las sensaciones olfativas.

Además, pese a tratarse de un aroma dulce que forma parte de las líneas navideñas, tengo que decir que no resulta empalagoso ni se hace pesado. Hice la foto al gel hace tiempo, pero a día de hoy ya lo estoy terminando y puedo decir que no me he cansado de él pese a usarlo prácticamente cada día. Es posible que por este motivo sea una opción con más aceptación que los olores dulzones de vainilla y chocolate (también típicos de las líneas de Navidad), pues vale tanto para amantes de lo dulce como para amantes de lo cítrico. Es un término medio perfecto, resulta agradable sin llegar a ser molesto.

Bottega Verde nos vende este gel bajo el enunciado de “una fragancia fresca”. ¿Es un gel fresco? A mí, realmente, no me lo parece, al menos no del modo en que yo entiendo la frescura (por ejemplo, con el gel de cítricos de Deliplus). Tampoco resulta dulzón ni empalagoso, como ya he comentado, pero de ahí a considerarlo fresco va un trecho. Aun así, se me hace muy agradable de usar y ni siquiera ahora que hace calor tengo necesidad de buscar un gel más fresco. Se puede decir que está bien como está, no es el gel más fresco del mercado pero tampoco agobia ni se hace pesado.

En definitiva, el aroma a las naranjas dulces tal y como nos lo venden en este gel es fabuloso. Bottega puede tener muchas pegas en sus líneas capilares y en los precios en general, pero está claro que a la hora de crear aromas magníficos es una experta. No sólo no me ha defraudado, sino que me ha gustado más de lo que esperaba, precisamente por no ser el típico aroma cítrico y tener ese toque dulce de las otras notas. No sé si repetiría la compra porque el precio me echa para atrás y, además, en cuestión de geles de ducha suelo variar bastante, pero no cabe duda que como capricho me parece una opción de lo más acertada.

Resultados

Para empezar, el gel es bastante líquido, con una textura suave que resulta muy cómoda de usar y produce una sensación agradable al pasar la esponja por la piel. En general, me da igual que el gel sea más bien gelatinoso o de aquellos líquidos que se desparraman por los dedos, pero cuando una textura en particular me parece agradable sí que me gusta hacer hincapié en ello, como en este caso. Es como si cogiéramos un zumo de naranja y lo transformáramos en crema, sencillamente delicioso.

Con respecto a la limpieza, me parece un gel eficaz: deja la piel muy limpia a la primera, como debe ser. Los geles de la misma línea de un perfume a veces no son tan buenos como los geles normales y corrientes, pero este sí que lo es aunque al mismo tiempo tiene una fragancia exquisita. Además, es muy espumoso (de hecho también se vende como “espuma de baño” aunque yo lo uso para ducharme), por lo que con muy poquita cantidad conseguimos que deje una gran sensación de limpieza. No tengo ninguna queja en este punto.

Por otra parte, otra de las palabras que describe al gel en su envase es revitalizante. Siempre me ha parecido muy difícil que un gel de ducha consiga revitalizar y despejar a una persona, por eso es un tanto peliagudo hablar de este aspecto. Creo en el poder que los aromas ejercen sobre nosotros, pero también pienso que el estado de ánimo y la predisposición de la persona influyen en nuestra forma de apreciarlos (a algunos nos gusta pararnos a olernos, pero a otra gente le da igual un olor que otro). Hablando de mí en particular, no noto que este gel me revitalice especialmente, y vuelvo a hacer la comparación con el gel cítrico revitalizante de Deliplus, porque ése sí que se corresponde más a la idea de revitalizante que tengo yo. Aun así, el gel de naranjas dulces proporciona una sensación muy agradable y es una gozada usarlo, aunque tal vez más como relajante. De todas formas, no voy a poner como desventaja que no me parece revitalizante porque es algo muy subjetivo y tampoco me parece algo muy importante (de hecho, cuando lo compré ni siquiera me fijé en este detalle).

Como ya he comentado antes, el mayor atractivo de este gel es su aroma exquisito, que hace que el producto sea agradable de usar simplemente por esto. Al principio os decía que me decanté por el gel y no por la crema por miedo a que el aroma fuera demasiado fuerte y/o empalagoso. En el caso del gel, su fragancia no me ha defraudado en absoluto, y tengo que añadir que pese a formar parte de una colección de invierno también me parece adecuado para el verano porque su perfume es suave y no llega a hacerse empalagoso pese al toque dulce. Estos días lo estoy usando sin ningún problema, el aroma es tan agradable que hace que olvide la necesidad de usar un gel más fresco que suelo tener en esta época. Por lo tanto, me parece un acierto que Bottega Verde lo haya convertido en uno de sus productos fijos y no debéis tener prejuicios por su origen a la hora de tomar una decisión de compra. Si os llama la atención, adelante, no hace falta esperar a la Navidad para disfrutarlo.

Hablando del aroma, como es lógico éste pierde intensidad en la piel, pero de todos modos se sigue notando. Algunos días no me aplico crema hidratante para seguir sintiendo esta fragancia, pero si os interesa que se vea potenciada tendréis que comprar la crema corporal. Yo de momento no creo que la pruebe, con el gel estoy más que satisfecha: me aporta la intensidad justa de aroma que me entusiasma sin cansarme.

No quiero olvidarme de un aspecto que para mí es bastante importante en un producto de este tipo: la hidratación. Por mucho que después use una crema o leche hidratante, nunca está de más que el gel de ducha la cuide un poco. En el caso del gel de naranjas dulces, he apreciado que cuida la piel en el sentido de no dejarla tirante después de la ducha, pero aun así no es el gel más hidratante de todos los que he probado. Sin ir más lejos, el gel de chocolate de Instituto Español o el gel de seda de Deliplus lo son más. Aquí el gel de Bottega se limita a cumplir con lo básico, lo cual tampoco es una desventaja.

No cabe duda de que los resultados que he observado en el gel son todos muy positivos. ¿Repetiría la compra? Pues no lo sé, en estos momentos no. Aquí ya entran en el juego otros factores importantes, como el precio y la poca cantidad que contiene. Si el gel llevara medio litro y costara 3 euros, tal vez sí que lo compraría con cierta frecuencia, pero tal y como está ahora me echa para atrás gastarme 7 euros en un gel que contiene 300 ml, por muy exquisito que sea su aroma.

Otros productos de la línea a la naranja dulce

La línea a la naranja dulce no es una de las más populares de Bottega Verde, y de momento nunca la he visto en los productos de formato a 1 euros (también hay que decir que cada vez estoy menos pendiente de su oferta). Consta de cuatro productos de lo más tentadores para las amantes de los aromas cítricos y dulces:


- Gel de ducha-Espuma de baño. Os he hablado de él en esta opinión, es una maravilla.

- Crema hidratante para el cuerpo. Viene en un tarrito similar al de la crema de melocotón, también de Bottega. Su precio es de casi 15 euros por 200 ml de crema, una pasada, la verdad.

- Jabón de manos. Ahora que lo pienso, nunca he probado un jabón de manos de Bottega Verde, aunque si son como sus geles deben de estar bastante bien. Cuesta 6,99 euros y contiene 300 ml, exactamente igual que el gel de ducha, aunque su color es más oscuro.

- Desodorante. Es de formato en spray y cuesta 10,99 euros por 100 ml de producto. Me ha parecido curioso porque el aroma a naranjas dulces no tiene nada que ver con el aroma que yo espero en un desodorante, aunque habría que probarlo para ver qué tal es.

Conclusión

Mi experiencia con el gel no ha podido ser más positiva. Tiene un aroma realmente delicioso, va más allá de los típicos olores cítricos y tiene un punto dulzón que lo hace más especial e incluso único. No me parece el gel más fresco y revitalizante del mercado, es cierto, pero no todos los geles tienen que serlo, así que no lo veo una desventaja. Su textura es suave y agradable de usar, y cumple perfectamente la función de limpieza y cuidado de la piel. En definitiva: en cuanto a resultados, no tengo ninguna queja. El problema de este gel es el ya habitual en los productos corporales de Bottega Verde: su precio es elevado para un producto de estas características y contiene poca cantidad. Tendréis que valorar si las sensaciones olfativas que proporciona compensan el gasto. Yo lo recomiendo, por supuesto: es una opción estupenda para darse un capricho si os gustan este tipo de aromas.

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