Cariño he lavado a los niños, jabón de ducha y manos
Hay artículos que nos atraen por su aspecto, otros lo hacen por una recomendación… En esta ocasión, creo que estaréis de acuerdo conmigo en que lo más llamativo de este jabón es su nombre: Cariño he lavado a los niños (a partir de ahora lo llamaré simplemente Cariño), supongo que inspirado en la película Cariño, he encogido a los niños. En Lush se muestran muy imaginativos y en lugar de llamar a sus productos algo parecido a «Jabón de miel con aloe vera y aceite de coco» optan por nombres concretos y curiosos que no describen tanto la composición del cosmético.
A pesar de lo que pueda transmitir su nombre, no se trata de un producto ideado únicamente para los niños, por mucho que a estos les llame la atención su particular aroma de caramelo. Los adultos también podemos usarlo y disfrutarlo con tranquilidad. Yo lo he empleado para la ducha, pero también se recomienda como jabón de manos (igual que La Madrina, el primero que probé). Podéis adquirir una porción de 100 gramos (siempre aproximados, ya que cortan el trozo en la tienda y es difícil que quede la cantidad exacta) por 4,95€. No lo considero caro; aun así, reconozco que sale más económico un gel de ducha de supermercado.
Resultados
Hablando de sus virtudes, noto que cuida la piel y, además de dejarla limpia, no la reseca (no me extraña que se recomiende como jabón de manos). Su alto contenido en miel y aceites hace su función, no hay duda. Sé que hasta ahora he dicho lo mismo de todos los jabones de Lush de los que he opinado (La Madrina, Rock star, Sultana, Lady Catrina y creo que ya está) y podría parecer que este efecto se debe más a mi piel que a su efectividad; no obstante, os adelanto que con el que estoy usando ahora no he tenido tanta suerte porque me deja la piel tirante. ¡No todos podían ser perfectos! Ya escribiré la opinión correspondiente más adelante.
Antes os decía que la capa externa me ha resultado molesta. Veréis, no sé de qué está hecha exactamente, pero el caso es que tarda más en deshacerse que el jabón en sí y eso tiene un gran inconveniente: la costra rasca la piel de una forma bastante desagradable; al final no me quedó otro remedio que arrancarla. Si solo es un adorno y su presencia no altera las propiedades del jabón, yo optaría por quitarla.
En definitiva, Cariño he lavado a los niños me parece un jabón más que recomendable: desprende un aroma que gusta a la mayoría, limpia la piel en profundidad sin resecarla y su formato sólido es más respetuoso con el medio ambiente que los geles líquidos a los que estamos acostumbrados. Me gusta menos que otros de Lush (en estos momentos me sigo quedando con Rock star y Sultana, aunque este último dure tan poco) porque su fragancia no es de mis favoritas, pero no puedo negar que en resultados no tiene nada que envidiarles. Le quitaría la capa externa, eso sí.