martes, 24 de mayo de 2011

Lush Sultana Jabón de ducha

Sultana, un jabón de ducha muy especial

La apariencia de Sultana desde luego no es ni mucho menos la más atractiva de entre todos los productos de Lush: un jabón de color muy pálido, prácticamente blanco, con trozos de albaricoques secos y pasas (que haya más o menos dependerá del trozo que os toque), aunque para mí no supone un problema porque me fijé en él gracias a algunas opiniones que había leído. En la superficie se aprecian puntitos marrones de los propios ingredientes, lo que demuestra que estamos ante un artículo mucho más natural que la mayoría de jabones, pues estos suelen ser totalmente lisos, sin imperfecciones. Como sabéis, en Lush casi todo se vende al peso, y en este caso el precio para los 100 gramos de producto se corresponde a 4,50€. No lo considero caro por sí mismo, pero, obviamente, al lado de un gel de ducha de supermercado (que trae mucha cantidad y dura más), sí que supone un gasto mayor.

Por otro lado, uno de los aspectos que más me gusta de Sultana es sin duda su fabulosa fragancia: desprende un aroma suave y agradable, que transmite limpieza y bienestar. No soy capaz de reconocer sus notas, pero tampoco tiene un olor tan «simple» como el de una crema hidratante normal. En la página web dicen que está perfumado con moras, aunque a mí desde luego no me recuerda a los perfumes de esta clase que he usado (y precisamente, colonias de mora he usado unas cuantas). Quizá no huele a nada exótico, ni su fragancia resulta tan exquisita como la de Rock star; no obstante, en gran medida me gusta porque esa falta de extravagancia, tanto en su exterior como en el aroma, ya que consigue parecer más natural que otros. Además, estos rasgos lo convierten en un jabón apto para todos y, por lo tanto, perfecto para regalarlo junto a otros productos de Lush.

En lo relativo a su composición, destacan el aceite de colza (una especie de col) —rico en vitamina E (antioxidante) y ácidos grasos—, y el aceite de coco —buen limpiador y altamente nutritivo y suavizante—, sin olvidarnos de los albaricoques, pasas y grosellas secos como elementos decorativos. Curiosamente, el jabón Rock star también contiene estos dos aceites como ingredientes principales, ¿será por eso que ambos se venden como dos de los más cremosos e hidratantes de Lush? De todos modos, he de decir que estos principios activos también están presentes en otros jabones, por lo que deduzco que son la base de gran parte de la oferta disponible.

Cómo se usa

No me voy a enrollar demasiado porque ya he hablado del tema alguna vez y supongo que, aunque de entrada la idea de emplear un jabón sólido para la ducha no os resultara demasiado familiar, con la fiebre de Lush que tenemos muchas seguramente os habéis empapado de cómo usar sus productos para sacarles el máximo partido. En primer lugar, he de decir que este y cualquier jabón sólido se utiliza frotándolo directamente sobre la piel mojada —vamos, ningún misterio—, aunque yo he encontrado una forma de sacarle más partido: envolverlo en una red de espuma consigue que haga más espuma, valga la redundancia, y que no necesitemos frotar tanto para obtener la ansiada sensación de limpieza. Además, suelo cortar la pastilla en porciones más pequeñas para no tener que cargar con el trozo grande todos los días.

Con respecto a su conservación, yo siempre envuelvo los jabones en papel film o transparente, los guardo en un cajón para que no les dé la luz directamente y hasta ahora no he tenido ningún problema. Me lo aconsejaron en la tienda en una de mis primeras compras, y en efecto los productos se mantienen en perfectas condiciones, aunque duren mucho tiempo (no es el caso de los jabones corporales, pero sí de los faciales, porque obviamente se necesita menos cantidad en cada uso). Hay quienes lo deja tal cual en una jabonera y tampoco les va mal; todo es cuestión de que cada una encuentre el método con el que se sienta más cómoda.

Resultados

Sultana me parece uno de los mejores jabones de Lush (sí, vale, he dicho lo mismo de los otros que he usado, pero es que hasta ahora no les encuentro ni una sola pega en cuanto a su efectividad). Para empezar, es muy, muy cremoso, ¡se asemeja más a una loción que a un producto limpiador!, por lo que resulta sumamente agradable de extender por la piel. Diría que es más cremoso aún que Rock star, y eso que ese lo era bastante.

En segundo lugar, y directamente relacionado con lo anterior, se trata de un jabón que cuida mucho la piel y le aporta hidratación. Evidentemente, no se puede comparar con los efectos de una manteca nutritiva, pero algo hidrata, y no deja esa sensación tirante al salir de la ducha. Aunque por su suave aroma me parece apto para cualquier época del año, en estos momentos lo recomiendo especialmente de cara al verano: en esta época la piel sufre por el sol y otras agresiones externas, y tener un producto bastante natural que la cuide viene genial.

No me quiero olvidar del tema básico, la limpieza: Sultana deja la piel muy limpia, con una agradable sensación de bienestar, a pesar de que su fragancia no se aprecia exactamente igual en nuestro cuerpo (para mi gusto, huele mejor en la porción de jabón, aunque el olor en la piel también dependerá de las características de cada una). Sabía que no me iba a decepcionar; ya hace tiempo que comprobé que, detrás de sus exquisitas fragancias, los artículos de Lush esconden productos de primera calidad en todos los sentidos, y este jabón no es una excepción.

En general, estoy contentísima con el jabón: me encanta que cuide la piel, que se extienda tan bien y proporcione esa maravillosa sensación de limpieza. De todos modos, por mucho que me guste, todo esto que comento también tiene una desventaja importante: al ser tan cremoso, se gasta más rápido que otros. Si del resto de jabones de Lush podía decir que cundían mucho y se amortizaba el dinero invertido en ellos, aquí no puedo declararlo con tanta facilidad, porque lo cierto es que lo estoy gastando a una gran velocidad. Aun así, no me arrepiento de la compra porque los beneficios y sensaciones de Sultana superan con mucho a los geles de supermercado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dónde se compra la red de espuma para meter el jabón? me da la sensación de que sólo frotando el jabón por el cuerpo no voy a conseguir una limpieza suficiente.

Cristina dijo...

@Anónimo. Yo no la compré, recorté un trozo de una especie de esponja de las que regalan a veces en tiendas tipo Yves Rocher y Bottega Verde. Algo de este tipo:

http://www.linternaute.com/femmes/beaute/diaporama/0708-salle-de-bain/images/4-yves-rocher-douche.jpg
(Se desmonta y ahí tienes red)

Lamento no poder ayudarte más.

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